La cara Argentina obliga a los turistas a improvisar

El gobierno, como medida para proteger a la clase media y garantizar un mínimo de popularidad para superar el primer año de Milei, decidió contener la devaluación del peso de manera artificial, en un sistema cambiario llamado «crawling peg». Bajo este sistema, en 2024 el peso se devaluaría apenas un 2% mensual. A partir de febrero, será sólo el 1%.

Los analistas económicos saben que esta condición artificial de apreciación del peso es insostenible en el largo plazo, y el gobierno también reconoce el problema.

Para garantizar un aterrizaje más pacífico, Milei y su equipo económico intentan conseguir un nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que permitiría un respaldo mínimo a la moneda y evitaría una devaluación máxima, un fantasma que persigue a la Argentina desde finales. del gobierno de Carlos Menem y que desembocó en el trágico año 2001 para el país.

Milei ha dicho que Argentina, tarde o temprano, tendrá que volver a adoptar el sistema de tipo de cambio flotante, como el de Brasil, en el que el mercado, mediante la libre oferta y demanda, define el precio del dólar. La historia de Argentina, rica en ciclos de euforia y depresión económica, sugiere que los vientos pueden cambiar de bando en cualquier momento.

Mientras los precios argentinos no cedan a la realidad, los turistas brasileños estarán más lejos de Puerto Madero, de los asados, de los vinos caros y de las noches de tango, y más cerca del choripán y la media luna.

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