«Será mi mayor desafío», admite Belov, quien, entre otros, posee el título del navegador brasileño más grande de todos los tiempos, pero otro marinero brasileño navegó tanto como él, aunque es infinitamente menos conocido que Amyr Klink.
Solo seis semanas al año
«El hielo en el Mar de Siberia solo se abre durante un máximo de seis semanas al año. Si no estoy allí en el momento adecuado, el viaje se perderá, porque todo se congela y será imposible seguir adelante», explica Belov, que, por lo tanto, tomará un pequeño equipo ruso en el barco, para ayudar a la navegación y también en la burocracia, ya que esa parte de Siberia se considera un «área militar» por Rusia, con Rusia, con al mismo acceso.
«Debe tener licencias especiales para navegar allí, una región a la que nadie va. Mucho menos para caminar, como es mi caso», dice el navegador Bahian, que está entusiasmado con la posibilidad de cruzar con su barco (la fraternidad, un bote de acero de 20 metros que él mismo construyó) otro camino, el noroeste que conecta el océano Pacífico a la parte superior del mundo también a través de la parte superior del mundo. Alaska y el norte de Canadá hace dos años.
«I learned a lot to navigate the ice on that trip, and this knowledge will be useful now. I found out, for example, that you use the engine more than the candles, because it is all the time maneuvering between the ice blocks. But I still don’t know enough to face Siberia. So I will take experienced people with me, because I know it will be a much harder and difficult journey,» says Belov, who will have the company of an old Russian friend, the captain sergei Shcherbakov, con una amplia experiencia en la navegación polar que conoce bien el mar de Siberia.
